viernes, 6 de abril de 2012

Era una noche oscura.



Era una noche oscura. Solo los gatos negros habitaban la ciudad. Las farolas eran pocas en los callejones, sin salida, sin huida al más allá. El miedo acechaba en las esquinas. El paseo era cuestión de expertos en tener ojos en la nuca. Pesaba el aire. El silencio era denso, negro, abigarrado de dolor y de suspense. Las fachadas mostraban síntomas de la enfermedad de la locura. Los crucigramas de las baldosas se resolvían con la desdicha, con la rabia de las aceras heridas por las manchas. Frío y desolación. Sensación de neblina atravesando las ideas. Ratas de alcantarilla. Camellos, putas, maderos, patrullas, polvos, brown sugar, papel de plata, todo escondido, todo cercano y distante, take a walk on the wild side. Desesperación. Selva de ladrillo y alquitrán. Colchones enredados en miseria. Matones. Tías que eran tíos. Cazadores de la madrugada. Presas del odio. Amanecer en el desierto. Tempestad del diablo. Humor desangelado. Era una noche oscura, era un colmillo afilado. Venas del pecado. Balcones enjaulados. Muertos vivientes. Cataratas. Sobredosis de presente envenenado. Era una noche oscura de un día nublado.

4 comentarios:

  1. Un trago literario muy bueno,

    saludos.

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  2. Lourdes, muchas gracias y sea usted bienvenida por estos hielos... a su salud.

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  3. Querido Clochard,cuanto mundo hay en la oscuridad de las calles y de eso callejones,y cuanta luz hay en tú mente que lo sabes ver.Un abrazo.

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  4. Querida Amoristad:

    El mero hecho de observar cuanto sucede a tu alrededor, y pararte a pensar algo sobre cada pequeña circunstancia, es un sano ejercicio, del que emanan muchas ideas, que te apega al directo de la vida. Y en la noche hay mucha tela que cortar.

    Salud y besos.

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