sábado, 29 de agosto de 2015

Lifelong learning


Resultado de imagen de inquietud

Todo proyecto es la representación de una inquietud nutrida de una sana inconformidad y de ese tipo de ganas inherentes al carácter con objeto de hacer más cosas, o como mínimo de que éstas evolucionen al ritmo de un cambio que las mejore. Rodearse de personas con las que dialogar y contrastar ideas no es precisamente uno de los asuntos con los que con más frecuencia se tope uno en su día a día, de modo que si esto sucede hay que, además de sentirse afortunado y agradecido, no desperdiciar la oportunidad y mantener caliente el ascua en la que van dorándose las sardinas del preliminar boceto en el que todo inicio consiste. Llevo unos días dándole vueltas a una serie de conceptos que tengo la suerte de compartir con mi maestro Javier Veláquez, y no hay nada más reconfortante, cada vez que intercambiamos algo respecto al tema que nos traemos entre manos, que la sensación de estar vivo con la que sale uno de dichos encuentros. Por otro lado, y de la misma manera, no dejo de pensar en el próximo curso, en los alumnos que vendrán a hacer sus prácticas en el restaurante en el que ejerzo. Pienso en las personas con las que me encontraré, voy haciéndome mis cábalas a cerca de cómo tendré que actuar, de qué manías compartiremos, de hasta qué punto me soportarán, de cuáles serán las llaves que abran el cofre del estímulo de esos estudiantes, diferente en cada uno de ellos, a los que en una especie de fabulación ya les pongo cara; voy pensando en los mensajes que quiero transmitirles, en los planes de trabajo, en la información de la que deseo que ellos dispongan para que les resulte más fácil entender el por qué de cada detalle, la filosofía de un oficio, los valores que éste alberga y lo que representan, según mi punto de vista, para de esta manera poder escuchar cuál es el punto de vista de ellos, de esos jóvenes en un laboral y académico virgen estado desde el que las cosas se ven de otra manera: como yo las veía cuando estaba en esa posición. No todo lo obvio es evidente ni las premisas más sencillas se desarrollan de una inexorable manera. Lo que está claro es que todo aquello que uno se proponga puede ser comparado con una maceta que ha de ser regada todos los días, teniendo además en cuenta que durante las épocas de más calor conviene hacerlo por la noche y que durante las heladas o los aluviones de lluvias, una vez que los retoños gozan de cierta fortaleza, existe ya una parte de autonomía  que conviene considerar y a la que hay que alimentar con otro tipo de vitaminas. Resulta tonificante el continuo aprendizaje, el ánimo por no quedarse anclado, la seguridad de que en todo final existe un preámbulo, la mirada puesta sobre el horizonte de un lifelong learning en el que lo poco o mucho de socráticos que cada uno de nosotros llevemos dentro desarrolle sus teorías y no decaiga en el intento de volverlo a intentar tantas veces sea necesario hasta dar con el definitivo eureka que nos sirva de nuevo punto de partida para ampliar nuestro conocimiento, para ahondar más en una materia, para indagar y estudiar y volver a  cuestionarnos el cómo y el por qué. Así da gusto.

2 comentarios:

  1. ¡He tenido que ir a google para ver qué significaba eso!
    Siempre se aprende algo y hay que estar dispuesto a ello. A veces faltan los ánimos o la perseverancia.

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    1. Siempre hay una luz verde en cualquier sitio del pasillo, unas veces clara, otras oscura, pero ahí está.

      Salud, Dyhego.

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