jueves, 7 de diciembre de 2017

Diario de Diciembre XXXV


Resultado de imagen de escribir en un bar blanco y negro

Escucho hablar al personal, y sabe de todo, de todo sabe a pesar de que quod Natura non dat Salamantica non praestat. Cómo me gustaría alargar las frases sin equivocarme. Ayer pasé por la Academia y había partido. La Academia los días de partido es un palco de la Bombonera. Me gusta visitar bares porque me crié en uno de ellos, y eso es como el gato salvaje al que tratan de adiestrar en casa. El murmullo de iglesia que se apodera del bar de La Plaza tiene algo de conventual, y algo también de ese justito subir el tono tras el resarcimiento del deber cumplido de la cita con la que ya se ha hecho algo por la vida; una textura particular y muy de barrio, de círculo, de cosa que no se sabe qué es pero que adereza con soltura costumbrista el retrato de La Plaza. Mirando a la calle desde la barra se ven los gorros, boinas, gorras y sombreros con tendencia a lo perenne dentro de lo efímero de la belleza del invierno del otoño. El Salmorejo es uno de los platos que se pueden tomar, bien hechos, durante todo el año en La Ciudad. La tranquilidad de una tarde de Jueves, con su aire de antesala de día festivo, con su prólogo de lo que en la imaginación da de sí el fin de semana, tan efímero y tan eterno, tan sostenido en el recuerdo de un cuenco de garbanzos con arroz, lleva en volandas a los espejos del deseo hasta desembarcar en el puerto del placer, ese estar uno en la cama hasta las tantas. Hay qué ver lo que da de si el comportamiento humano. Los décimos de la Lotería de Navidad cada año se venden más rápido; el desasosiego por el sosiego nos persigue y en esas estamos viéndolas venir a ver si cae la breva. Sigo redactando sobre mi oficio y eso me complace y me reconforta; se aprende mucho.  

2 comentarios:

  1. Yo no sólo me crié en un bar, sino que trabajé doce años en el Bar Josepe al pie del cañón. Y no voy a frivolizar diciendo que aquello era una universidad, pero menuda escuela...Saludos.

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  2. Siempre he pensado que la gente que trabaja frente al público tiene que desarrollar una paciencia infinita.
    Salu2.

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