lunes, 22 de enero de 2018

Diario de Enero XLXI


Resultado de imagen de conocimiento

Los caminos de la estética se pierden en el confín de la ignorancia. Es una pena que no sepamos apreciar lo que significa el Conocimiento, la dialéctica puesta en práctica sobre cada uno de nuestros movimientos; el saber estar, el saber callar y el saber escuchar, aguantar el chaparrón, pegarle un capotazo a un Victorino, desenvolverte entre los demás con la mínima soltura que se te supone. Es esa la eterna lucha del ser humano civilizado en la prima y en la cuota y en los porcentajes y en el interés. Salir de aquí será cuestión de estallido, y como no creo que eso suceda, será cuestión de sentido común en última instancia; quién pudiera verlo; son muy sospechosas las maniobras que a la chita callando están patrocinando una Guerra Mundial a todas luces atosigada de eufemismos, de marchas para atrás y para adelante que a nadie convencen pero como que algo falla. Lo cordial tiene un límite, como todo, lo demás es protocolo de rigor en función de la sesión de esta noche. El ritmo de las calles aumenta con la llegada de la Primavera. Hace unos minutos que hemos estado hablando, cada cual en su atmósfera, en su submarino de la tarde que se ha convertido en noche; es milagroso el poder de la voz. Escucho a The Cranberries por adaptación, por compenetración, por afición, por el gusto de rendirle a alguien con talento un homenaje, por sincronización con las pulsaciones del teclado, por el mensaje y el enunciado de sus breves pero contundentes dardos cargados de realidad ilusionada. Da gusto ver a un grupo humano ponerse de acuerdo.

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