sábado, 17 de febrero de 2018

Los comentarios



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Escribir en un blog supone tener muy claro que la vocación es uno de los ingredientes principales de la escritura, por respeto a quienes escriben, por la propia ignorancia con la que uno se defiende en este mundo, porque escribir es un acto de la conciencia y un destape del escritor, y eso es algo que hay que hacer con mucha cautela y con la suficiente dosis de paciencia durante el periodo de aprendizaje, que dura toda la vida. Pero escribir en un blog no sólo significa publicar una entrada detrás de otra e ir viendo cómo engorda el número de retales publicados, no; escribir en un blog es una forma de terapia, una limpieza, una catarsis, una salida hacia el frente de lo desconocido, una necesidad, un banco de pruebas en el que el neófito se entrena ensayando su día a día, unas veces mejor que otras y en ese plan. Por un instintivo gesto de conciencia me lanzo a escribir lo siguiente, estimados lectores a los que me duele en el alma no disponer de fuerzas para contestarles, dirigiéndome fundamentalmente a aquellos que generosamente suelen pasar por aquí publicando sus comentarios e incitándole a uno a seguir escribiendo, escrito sea de paso; es tan importante la gratitud como la humildad. Quien escribe en un blog lo hace para él y sospechando que alguien pueda leerlo, porque es raro frecuente que tenga ningún tipo de repercusión, ni el más mínimo interés para el común de los mortales que gozan de disponer del privilegio de la lectura dentro de su ramillete de aficiones, su pseudoliteraria presencia. Romperé hoy uno de los principios que según Hemingway ha de sostener todo aspirante a escritor, que es el de no tratar de explicarse, o sea de justificarse ante el fracaso, que es el fiel reflejo de la cobardía, con la confianza puesta en la excepción que cumple la regla. Me explico: el hecho de que en las últimas entradas no esté contestando a los comentarios que todos ustedes aportan responde a que la escritura necesita de la nobleza del silencio de la escritura, haciendo por si misma lo posible por ser un pez en el agua a la vez que los estímulos vitales sincronizan con las coordenadas de la Naturaleza, un noble silencio refugiado en el nulla dies sine linea, tras de lo cual sólo quedan fuerzas para dormir uno más o menos tranquilo después de haberse mentalizado para conseguirlo. Toda mi admiración hacia ustedes.



3 comentarios:

  1. Y, por supuesto, mi más profunda admiración hacia lo que escribes y cómo lo escribes. Un abrazo.

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  2. Comentar en los blogs puede ser de todo, desde entretenido hasta aburrido, pasando por todos los estadios. Lo más importante es que la entrada te deje algo positivo. Las tuyas siempre son interesantes.

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    1. Muchas gracias, Dyhego. Las entradas no serían nada si no hubiese alguien que tuviese la generosidad de leerlas, como vosotros.

      Salud.

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